Me parece muy interesante las reflexiones de lo que está por llegar más pronto que tarde…en el Metaverso no nos libraremos ni de los inspectores de Hacienda ya que los gobiernos tendrán los avatares respectivos a los mismos.
Habrá que ver como se soluciona el tema de la jurisdicción en los distintos Metaversos.
Si no se establece una jurisdicción universal de inspección en Decentraland no veo claro que puedan tener potestad inspectora. Y el tema de la jurisdicción universal ya sabemos como está (cada vez más difícil perseguir delitos).
Los apenas 100 millones de $ que ha movido la economía de Decentraland, por ejemplo, ya que aparece en el puesto 1, los ha movido la red Bitcoin cada medio minuto esta tarde:
Que opina de ver partidos de fútbol, conciertos etc como si estuviera dentro?? La sensación a bajo precio puede ser única. Si lo que gusta la gente es gastar y consumir experiencias, puede ser un filón.
En el metaverso se deberían de hacer “meta-cosas”, es de esperar un alcance masivo a ciertas cosas hoy prohibitivas, por ejemplo hacer realidad cosas dar una clase de conducir un camión con tráfico “meta-real”, carreras de F1 sin peligro de accidentes, pilotar aviones, ir al Paris de la revolución francesa, participar en una película, habla con Sócrates o subir al Everest, todo esto dentro de un mundo gamificado, con publicidad y patrocinio. Es verdad que todo esto viene del mundo de del videojuego, pero si lo piensan un poco el nivel de gamificiación social actual es muy alto, pues el meta-verso es un paso más.
En un podcast sobre el metaverso, no recuerdo en cual, contaban un viaje a áfrica y hablaban sobre la sensación de por ejemplo, caminar entre leones.
Al final hay cosas de la vida real difícilmente imitables (por ejemplo aquellas fuera del sentido de la vista y el oído), pero quizás hay otras experiencias que se puedan superar por no ser realizables en la vida real pero sí en la virtual.
Recuerden que todos soñamos y una experiencia virtual si se acerca a como podemos vivir un sueño pero con la ventaja de elegir lo que se sueña sería imparable y si no que levante la mano quién al despertar de un placentero sueño no hubiera sacado la billetera y pasado por caja para seguir en el.
No estaríamos hablando de un viaje, estaríamos hablando de un metaviaje, en el que no se saborea la comida, ni te da la brisa del viento, ni hueles los olores, ni te encuentras casualmente hablando con otras personas…