Las memorias de emgocor Q&A

Las memorias de emgocor XXXIII: Invertir según el Talmud

Muy querid@s qualitiers y compounders!!

Ya no sé si estamos ante la tercera ola o la enésima de Coronavirus. La verdad es que la situación es dantesca, así que os pido a tod@s mucha precaución, y mucha calma. Esto pasará en unos meses, con la ayuda de la vacuna y los meses estivales, donde las temperaturas ayudan a combatir los virus. Atrás quedará la absoluta nefasta gestión de nuestros gobernantes. Si no lo hacen las urnas, el tiempo pondrá a cada uno en su sitio. De momento, no nos queda otra que seguir luchando y velar por nuestros familiares.

Nada volverá a ser como antes en la economía mundial tras la Pandemia, como no volvió a serlo el mundo tras los atentados de las Torres Gemelas. La burocracia va a invadirlo todo, sobretodo en la Unión Europea, y va a haber dos velocidades, la de la economía real, y la de la Bolsa y las nuevas empresas tecnológicas, o no, que con su uso, serán extremadamente eficientes. En un hilo reciente, @LLMN nos habla de $CURI, la nueva Discovery Channel. Una empresa que prácticamente acaba de nacer, y ya tiene clientes en 170 países (recordemos que en el mundo hay 196.

Por otro lado, el panorama laboral en España es Dantesco. Una persona que cobre 24.000€, tiene que pagar nada más ni nada menos que un 35% en impuestos, y eso antes de empezar con el IVA, IBI y otros tributos ineludibles. Sumado a la tasa de paro, que ya vuelve a superar el 16% sin contar los ERTEs, que acabarán transformándose en EREs, nos deja como única solución para una vida digna la inversión y creación de riqueza o el suicidio, y francamente, prefiero la primera a la segunda…

El Talmud es una obra que recoge las discusiones rabínicas sobre leyes judías, sus tradiciones y costumbres. Todo el que haya trabajado con judíos, sabe de su buena gestión del capital, de su sentido común, lonchafinismo, trabajo y ahorro “durum”. En una de las empresas que estuve, un socio judío fundó una empresa en México para vender impermeabilizantes. De prácticamente 0 a venderla por 160 millones de dólares en menos de 20 años. Entonces entendí aquella famosa frase que dice mi amigo @Quixote1: “Es un negocio de judíos”.

Muchos de los judíos actuales provienen de Israel, donde encontramos a uno de nuestros Founders preferidos. Shai Wininger. Si hace un año hablábamos de Fiverr, empresa de la que es Director y Founder, y que se ha multiplicado por 10 en poco menos de un año, ahora es Lemonade, la empresa en la que él participa y nosotros también. Parece un directivo de los que vale la pena tener al lado, visto el éxito que está teniendo y su visión de cambiar los negocios disrupteándolos, bien sea mediante el sistema de Freelances o con una nueva forma de vender seguros.

Por último, me gustaría despedirme con una de las historias sobre negocios de judíos, para que reflexionemos sobre su capacidad intelectual. A veces no hace falta batir a un ordenador de la NASA para pode hacer unos rendimientos extraordinarios, sino tener sentido común y aplicarlo:

“En la ciudad de Nueva York, a principios del siglo XX sumergidos en la Gran Depresión, el arroz se convirtió en el alimento base de cualquier familia no por su apetitoso sabor, sino por su económico precio. Esa oportunidad de negocio latente hizo que el número de interesados en penetrar en el mercado de la venta de arroz se incrementara rápidamente. Es entonces cuando estalló la batalla por clientes, y los precios bajaron hasta que los márgenes de beneficio descendieron a mínimos históricos, pero consiguió estabilizarse. Estables, hasta que los judíos se interesaron por el negocio y se posicionaron como máximos vencedores en lucha por el precio más bajo. Con cada kilo de arroz, vendían una bolsa de plástico para que al cliente le fuese más cómodo transportarlo: la bolsa era condición indispensable en la transacción. El resto de vendedores, furiosos por no poder competir con esos precios, se propuso averiguar las sucias artimañas que estaba usando los judíos para conseguir comprar el arroz a menor precio y poder venderlo sin ganancia alguna. La búsqueda no dio resultado y el secreto siguió guardado. Años más tarde, uno de los grandes magnates judíos del arroz, consagrado ya en el mundo de los negocios y con varias empresas en Estados Unidos, concedió una entrevista para desvelar las claves de su éxito. El entrevistador, directamente, le disparó una lista de preguntas: ¿Qué proveedor le vendía el arroz a un precio tan bajo? ¿Qué habilidades de negociación usaban? ¿No se siente avergonzado por romper las reglas del juego y entrar en competencia desleal? ¿Cuál era el truco del negocio? El hombre lo miró fijamente y le reveló el misterio:

Nosotros comprábamos la mercancía al precio que el resto, pero no era el arroz lo que nos daba beneficios. Nuestra verdadera actividad empresarial era la venta de bolsas de plástico. “

Un fuerte abrazo!!!

€mgocor

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