A esto me refiero. El dividendo depende al 100% del beneficio que genera la compañía. Si una compañía necesitar pedir prestado para pagar un dividendo, es que este no es sostenible, y debería ser eliminado.
No conozco el caso de OHL
Con esta aprendí una valiosa lección.
Además, que las ampliaciones de capital, por norma general siempre se hacen para perjudicar al accionista…
A usted le pasò como a mi, íbamos a fumarnos una colilla de graham que cotizaba por menos del circulante neto y el que de verdad se fumò un puro fue Villar Mir.
Ahora con los mejicanos lo poco que he visto tampoco parece tener mejor pinta.
Yo la compré porque te regalaban la financiera…
En lo que podríamos llamar la Edad Oscura de los Dividendos, que abarcó de 1990 a 2003, los ejércitos de MBA-nos que ocupaban los puestos intermedios en la cadena alimentaria de la inversión insistieron en que los dividendos eran una tontería, que las anotaciones contables son lo mismo que el dinero, y que deberíamos confiar en que nuestros gestores corporativos invirtieran sabiamente el excedente de las ganancias en un crecimiento cada vez mayor, o, en el peor de los casos, para recomprar acciones y hacer saltar el valor de nuestras participaciones, así como sus opciones.
Como sabemos, esta filosofía entre los inversores puede equivaler a conceder a los directivos de las empresas una licencia para matar, o como mínimo la licencia para manipular los precios de las acciones mediante una contabilidad tortuosa, lo cual es perfectamente comprensible ya que la mayor parte de su compensación es en acciones.
Las filosofías antidividendos han sido inventadas por funcionarios con formación académica que olvidan que la inversión no consiste en los números que tan fácilmente se plasman en las hojas de cálculo o se “encajan” en los programas informáticos de modelización de estrategias de inversión. La inversión es una relación humana entre alguien con capital y alguien que necesita ese capital para hacer o mantener un negocio.
Extracto traducido del libro “The Single Best Investment” , cuyo autor es Lowell Miller
Supongamos que un conocido tuyo quiere abrir una tienda de moda. Crees que él (o ella) entiende el negocio y puede gestionarlo, así que inviertes algo de dinero. Confías en el gestor y crees en los beneficios pro-forma esbozados en el plan de negocio, tomas acciones en la empresa, como accionista minoritario.
Se encuentra un local, se firma un contrato de arrendamiento, se abastecen las estanterías y se coloca el cartel; antes de que te des cuenta, hay una gran inauguración con banderas de colores y un anuncio a toda página en el periódico local. El negocio parece llenarse constantemente.
Parece que el negocio es bastante rentable y crees que deberías participar en los beneficios. Pero tu gerente te dice que tiene una buena ubicación para una segunda tienda.
El negocio ha ido tan bien que puede abrirla con fondos generados internamente, sin necesidad de capital adicional, así que ahora vas a ser dueño de una parte de dos tiendas, no sólo de una, ¡sin inversión adicional! La perspectiva de crecimiento de su inversión te tranquiliza, y cualquier recelo que pudieras tener sobre el coste de la nueva casa y el nuevo Porsche de tu gerente parece desvanecerse mientras cuenta con los dedos de la mano cuánto pueden valer dos tiendas.
Extracto traducido del libro “The Single Best Investment” , cuyo autor es Lowell Miller
Por supuesto, en este cálculo influye mucho la promesa futura de valor, más que cualquier rendimiento presente. Por supuesto, las tiendas tienen un valor de mercado, a grandes rasgos, y se puede determinar lo que una tienda y dos tiendas rentables podrían valer para un comprador, pero hasta que no haya un comprador sólo se tiene la promesa.
Sólo hay un valor teórico sin una transacción.
Piensas que quizá también te gustaría tener un bonito coche nuevo, así que vuelves a plantear la cuestión de la distribución de los beneficios.
Pero una vez más el director tiene un plan de expansión, esta vez para una megatienda en el nuevo centro comercial que se está construyendo. Los alquileres son elevados, pero el tráfico comercial debería ser increíble.
Y así esperas, una vez más, mientras la inversión que hiciste tiene bebés y más bebés, y sus bebés tienen bebés.
Extracto traducido del libro “The Single Best Investment” , cuyo autor es Lowell Miller
Uno puede ver a dónde va esto, y no necesitamos revelar el final anunciando el destino final de la empresa. El hecho es que un inversor siempre está atrapado en la dialéctica entre la certeza de un rendimiento en efectivo ahora y la promesa de un mayor rendimiento más adelante. ¿Por qué es tan difícil para los inversores insistir en un cierto nivel de equilibrio entre ambos?
¿Por qué los inversores se empeñan en aceptar las proyecciones de los gestores sobre el futuro sin obtener algún rendimiento real de los logros del pasado?
Esta es la cara humana de los dividendos, la verdadera realidad de los dividendos: usted invierte dinero en una empresa y ésta le devuelve parte de sus beneficios en tiempo real, al tiempo que retiene lo suficiente para un crecimiento futuro sostenible y fiable. Recibes la confirmación del éxito actual, recibes un retorno de tu inversión que es mínimamente una cobertura contra el futuro fracaso de la empresa, recibes una parte de los beneficios que va al inversor y no al gestor (esto es justo), y conservas una posición en la empresa que puede aportarte más de lo mismo indefinidamente.
Extracto traducido del libro “The Single Best Investment” , cuyo autor es Lowell Miller
No necesariamente estoy completamente de acuerdo con todo lo que dice, pero a mi modo de ver hay cosas interesantes que se esconden en estas ideas.
Es la última parte, espero que os haya gustado.
Lo importante es que la empresa sea buena y rentable. Me gustan que repartan dividendos y que no los repartan también, dependiendo de la fase del negocio de cada una. Diversifico en ambos estilos, y no me planteo qué es más óptimo, mientras los negocios funcionen, ambas formas me parecen estupendas.
Me han gustado las reflexiones de L.Miller.
Gran libro, me lo leí hace un par de años y tengo unas notas para repasar de vez en cuando:
“En este negocio hay sitio para los osos y los toros, pero los cerdos acaban en el matadero”
Los cerdos son los yield hogs, esas empresas con RPD de doble dígito… Si parece demasiado bueno para ser cierto, probablemente no lo sea.
Una pregunta. El broker de ING me ha respondido q en las acciones internacionales aplican doble retención (en origen y aquí). Esto no lo acabo de entender. Alguien lo puede explicar. ¿Llegan a retener en total más de lo q corresponde pagar a hacienda?
Por ejemplo, en USA pagas allí el 15% y aquí en España otro 19%.
El primer 15% es deducible en la Declaración según el convenio de doble imposición USA-España.
Eso por lo que corresponde a dividendos. Por plusvalías el 19% en España, 21% de 6.000 a 50.000€.
Altria no está de acuerdo. Tampoco BME años ha.
Mis preferidas son las ocultas …las que hacen mucho spin offs …mucho recompra y no dan beneficios y menos dividendos …azo,orly,liberty, fanagm ,brk.b,mkl
,IAC,IDT.
Solo necesitas 3 … o sea te sobran como 10 de esas que puse y destrozan a las dividenderas
Por dar una visión distinta del dividendo, desde un punto de vista constructivo, pues cada uno es libre de elegir el método que guste, como no puede ser de otra manera, expongo mi visión, para quien resulte interesante:
Un inversión en 2012 de 10.000 € en las siguientes empresas se hubieran convertido a día de hoy:
14.440 € invertidos en Coca Cola
22.700 € invertidos en Procter & Gamble
77.610 € invertidos en Mastercard
y la locura: 111.200 € en Domino’s Pizza, una empresa sencilla y de crecimiento brutal, que todos entendemos.
A toro pasado, todos somos Manolete, pero la lección que hay que extraer de aquí es que el dividendo es una consecuencia de invertir en buenos negocios, y no debe ser nunca un fin en si mismo, porque si invertimos en KO, en lugar de en DPZ, pues penalizamos mucho nuestras ganancias por fijarnos en un dividendo pasado o YIELD, en lugar de el dividendo futuro o YOC (Yield on Cost).
Fijémonos la RPD que dan estas empresas a día de hoy:
KO: 2,68% RPD
PG: 2,38% RPD
MA: 0,59% RPD
DPZ: 1,29% RPD
Otro tema a tratar sería el de la retención de los dividendos, si bien no es un tema sumamente vital, porque todo producto tiene sus costes, siempre es mejor retrasar el pago a Hacienda mediante ventas de plusvalías, que adelantar el 19% mediante el cobro del dividendo, cuya retención ya nos aplica el Banco o Broker por si acaso nos escapamos en un futuro…
Por tanto, la conclusión es que lo importante no es elegir la que más reparte, sino la que más futuro o posibilidades de crecimiento tiene, y en esto, nada ni nadie nos puede ayudar, más que nuestra propia intuición, que se debe basar en el conocimiento y en la experiencia, nunca en el azar ,y menos aún en predicciones de supuestos gurús o gestores de fondos.
Como curiosidad, podemos exponer que Warren Buffett a través de su Holding cotizado BRK, tiene un YOC sobre las acciones de Coca Cola adquiridas en 1998 del 40%!!!
Elegir una acción que puede subir el dividendo un 10% durante 30 años consecutivos, es un acierto que si bien difícil, paga con creces la paciencia inversora.
Imaginemos que sería algo así como invertir 10.000€ en Apple a día de hoy, y dentro de 20 años cobrar 5.000 € todos los años por dividendos.