Personalmente, no invierto en empresas de armamento, sobre todo aquellas que fabriquen misiles, armas o munición.
No obstante, respeto al que lo haga, pues el sector de la Defensa a veces puede disuadir a una nación de atacar a otra, y desde luego, siempre ha sido rentable, por sus características de barrera de entrada para conseguir los contratos gubernamentales frente a los distintos gobiernos.