He tenido la triste ocasión de sacar esta foto
1 céntimo de € vale más
Parece que existen sectores en España, que prefieren llegar a esta situación. Es una pena.
He tenido la triste ocasión de sacar esta foto
1 céntimo de € vale más
Parece que existen sectores en España, que prefieren llegar a esta situación. Es una pena.
Para este hilo y debate documentado recomiendo, como siempre, la lectura que está escrita y dedicada «a los socialistas de todos los partidos»
Una pena en lo que se ha convertido un país próspero de America.
Desde el punto de vista teórico, hasta puede cautivar ser libertario…
En Haití, existe la libertad total. Puedes negociar libremente el sueldo tuyo, o el de tus trabajadores, puedes negociar el precio de cualquier cosa, puedes incluso comprar armas sin ningún control porqué el Estado no te va a controlar ni decir nada. También puedes hasta matar que el Estado te va a dar libertad total, es más, el Estado en Haití no existe. Libertarios, vengan al paraíso del caribe.
Una cosa es ser libertario y otra tener la ignorancia del hombre de las cavernas.
Sin cultura no hay libertad .
En Haití no hay formación de capital,todo se lo gastan en armas y drogas .
Es más bien la anarquía lo que existe allí.
La Seguridad ciudadana, por otro lado, tiene que recaer en el Estado, como los servicios mínimos. Pero eso sí, servicios mínimos. El Estado no tiene por qué construir autopistas o aeropuertos sin usuarios, ni estaciones de tren vacías.
Hay unos mínimos que hacen fuerte un estado: justicia y policía en primer orden, luego garantizar unos mínimos a desprotegidos infancia, ancianos, discapacitados, …y luego vigilar la libre competencia sin visión partidista o ideológica.
Un estado no está para subvencionar al que no quiere trabajar como pasa aquí a consta del que madruga para no salir de pobre porque el estado se lo impide vía extracción de su esfuerzo a través de impuestos infrautilizados en memeces varias.
Derecho versus obligaciones salvo para la infancia e imposibilitados.
Buen episodio sobre la tiranía de la democracia
Jesucristo era libertario
Tesis sobre la libertad encarnada en el Evangelio
Hay una figura que atraviesa siglos, credos e ideologías. Una figura que incluso los no creyentes suelen asociar al bien, a la justicia, a la libertad interior. Esa figura es Jesús de Nazaret.
Ahora bien: si partimos de esa premisa —que Jesús es el bien—, y analizamos su vida sin las capas añadidas del poder eclesiástico, ni del sentimentalismo religioso, nos encontramos con algo incómodo para el statu quo: que Jesús no solo no fundó una institución, sino que vivió, predicó y murió como un hombre libre que chocó frontalmente con todo lo que hoy llamaríamos “Estado”. Y no porque fuera un revolucionario de poder, sino porque vivía en un orden distinto: uno donde la libertad del hombre era sagrada, y donde toda coacción era una violencia contra el alma.
Jesús fue perseguido no por hacer daño, sino por no someterse. Esa es la esencia libertaria.
Cuando Pedro empuña la espada en Getsemaní, Jesús lo detiene con una frase que desarma todo autoritarismo: “El que a hierro mata, a hierro muere”. La agresión queda descartada. Incluso el acto de expulsar a los mercaderes del Templo fue una purificación espiritual, no una toma de poder.
Propiedad privada y respeto al fruto del trabajo
Jesús jamás predicó que el Estado debía quitarle a unos para darle a otros. De hecho, cuando habla del mandamiento “No robarás”, lo hace sin añadir cláusulas. La parábola de los talentos defiende la inversión responsable, no la redistribución forzada. Y en la escena de la mujer que derrama perfume costoso sobre sus pies, responde a la crítica diciendo: “A los pobres los tendréis siempre con vosotros, pero a mí no siempre me tendréis”. No hay condena del bien material, sino del corazón avaro. El uso de la riqueza es una responsabilidad individual, no estatal.
Rechazo frontal al poder político
Jesús nunca apoyó el Imperio. Nunca pidió lealtad al César. La famosa frase “Dad al César lo que es del César” ha sido manipulada hasta el ridículo. En realidad, es una ironía devastadora: si el denario lleva la cara de César, dáselo… que se quede con su moneda, porque tú perteneces a Dios. Es una burla elegante al poder que se cree dueño de las almas.
Su juicio ante Pilato lo deja claro: “Mi Reino no es de este mundo”. No se somete ni se rebela. Simplemente no juega ese juego.
Responsabilidad individual y juicio personal
Jesús no promovió sistemas colectivos de control. Cuando salva a la mujer adúltera, no emite leyes. Solo dice: “Vete, y no peques más”. Cada acto humano es juzgado en conciencia, no en tribunal estatal. El pecado no se persigue por decreto, sino que se sana por conversión interior.
Muerte a manos del sistema
Al final, Jesús muere ejecutado por un acuerdo entre la religión oficial (Sanedrín) y el poder político (Pilato). Ambos querían lo mismo: silenciar a quien enseñaba al hombre a vivir sin cadenas. La cruz no fue solo un símbolo espiritual: fue la condena pública de alguien que vivía fuera del control institucional. Jesús era ingobernable.
Conclusión
Jesús no fundó un Estado, ni una república teocrática, ni una democracia cristiana. Fundó un camino. Un camino que exige responsabilidad, libertad y amor sin imposición.
Si el anarcocapitalismo es, en esencia, el respeto a la libertad individual, a la propiedad legítima, y a la paz voluntaria entre iguales… entonces no estamos ante una ideología moderna, sino ante una recuperación de lo eterno.
Jesús no fue político. Pero si viviera hoy, el poder lo llamaría radical, antisistema, incluso extremista. Lo señalarían como enemigo del orden.
Y quizás, por eso mismo, sabríamos que estábamos caminando con él.
Porque sí:
Estamos en el bando correcto.
Si no recuerdo mal, los historiadores piensan que fue ejecutado por ordenes de la autoridad romana, no por la autoridad hebrea.
Por otro lado, todo aquel que se enfrenta al sistema, suele tener enfrente a todo el poder del sistema en contra.