Confusión de confusiones , de José de la Vega, es el primer libro dedicado a explicar las operaciones con acciones. Fue publicado en Amsterdam en 1688, en español. Los fundamentos de la inversión en el mercado de valores apenas han cambiado. A @Psicofinanzas le resultará curioso saber que ya hace más de 300 años existían los futuros y las opciones. Estos son para mí algunos de los mejores fragmentos de esta joya literaria.
El negocio de las acciones está tan difundido en esta plaza que sienta plaza de impertinente el que habla de otro tema, y hay quienes sin saber ni por sueños de lo que hablan, hasta en sueños piensan en él.
Un negocio enigmático, que es a la vez el más real y el más falso de Europa, el más noble y el más infame que conoce el mundo, el más fino y el más grosero que se practica en el orbe. Conjunto de ciencias y compendio de enredos, piedra de toque de los sagaces y piedra de túmulo de los atrevidos, tesoro de ganancias y causa de desastres.
Sin riesgo podéis ser rico y, sin exponer vuestro capital a tempestades, agentes, desembolsos, almacenes, portes, cajeros, quiebras y otros accidentes imprevistos, podéis alcanzar la opulencia, y si fracasáis basta con cambiar de nombre.
Los inversores viven de renta como príncipes, gozando cada año la distribución por las acciones que tienen en su cuenta, les importa poco que valgan más o menos, por especulación o por noticias, ya que su intención no es venderlas, sino ir cogiendo el fruto.
Los especuladores, como mercaderes, a veces compran una partida (que son 500 libras) y la hacen poner en su cuenta porque piensan que valdrán más y vuelven a venderla cuando vale más, si han acertado con esta idea.
Como este oficio discurre por un mar que es tan arriesgado como profundo, piensan los que en él se ponen a nadar que, llegando el agua al cuello, no hay cosa como salvar la vida, y agarrarse sin vergüenza a la primera tabla que ofrezca la suerte, pregonando que la gracia del nadar es saber guardar la ropa.
El primer obstáculo, el peligro, se suple con amarras que aseguran los estragos y anclas que resistan los temporales. Dad opsies (opciones) y sabréis el límite de la pérdida, pudiendo ser la ganancia inimaginable y mucho mayor que la esperanza.
Insistid en darlos a largo plazo y raro será que perdáis todo el capital antes de lograr un buen lance
En cuanto a los opsies (opciones) son unos premios o cantidades que se dan para asegurar las partidas o conseguir las ganancias, las cuales sirven de velas para navegar felices en la bonanza y de anclas para navegar con seguridad en las tormentas.
Ante tal variedad de criterios y diversidad de luchas, ¿qué es lo más prudente? Dejarse llevar por la corriente y seguir las olas, si se quiere que bailen ante nosotros las aguas.
Así son las acciones para el ingenio más desapasionado; si se ven desde el lado de los que venden, parece que se hunden; si se ven desde el lado de los que compran, parece que suben; y desde cualquier parte que se miren, parece que para allá se inclinan.
Confirmo mi axioma de que con las acciones no hay otra habilidad que cerrar los ojos y hacer lo primero que se nos ocurra, porque ya ha sucedido que por la furia de la guerra han subido a las nubes, y volaron a los cielos al perderse algunas naves de la India.
Llega una noticia inesperada a la rueda de los accionistas, piensan algunos a primera vista que cada circunstancia que aparece es un león que los atacará y una fiera que los devorará; huyen de las acciones, se desesperan por las ganancias, protestan por el engaño, y al fin descubren, con tanta vergüenza como pena, que los dientes eran los de los murmuradores, y las uñas las de ambiciosos, con lo que no encuentran pies ni cabeza a lo que imaginaron, y se quedan sin pies ni cabeza en lo vendido.
En acciones no se debe dar consejo a nadie , porque donde es tan difícil el acierto mal puede salir airoso el consejo
El que quiere enriquecerse en este negocio ha de tener paciencia y dinero , porque como hay tan poca estabilidad en los precios y menos fundamento en las noticias, quien sabe aguantar los golpes sin aturdirse después en las respuestas, necesariamente al esperar vencerá, y si tiene dinero para esperar, ganará.
Si os ha gustado hacérmelo saber. Tengo citas de este maravilloso libro para hacer un segundo artículo.