El móvil económico para un cambio de identidad no tendría sentido: en 1934, el impuesto de sucesiones en el caso de la muerte de Jeanne Calment habría ascendido al 6 %, una cantidad baja por la que no merecería la pena montar este complejo tinglado.
Por otro lado, sería absurdo pensar que el cambio de identidad de una hija y una madre pasara desapercibido a toda una pequeña ciudad de provincias, una en la que para más inri los Calment eran muy conocidos.
Arlés tiene uno de los archivos municipales más completos y exhaustivos del mundo, con docenas de documentos sobre la anciana, incluido su certificado de nacimiento original, certificado de matrimonio y 17 documentos censales de 1876 en los que aparece mencionada.
De hecho, las pocas personas que aún pueden recordar a la madre y a la hija rechazan tajantemente la teoría de los 2 investigadores rusos. Alguien habría dado un paso al frente para denunciar el fraude durante los 20 años en los que la fama de Jeanne no dejó de crecer.
En la fantasía de los investigadores rusos, sostienen, un oscuro secreto familiar parece convertirse en conspiración nacional en la que toda una ciudad y todo un país se han coordinado para ocultar la verdad con el fin de mantener un récord mundial dentro de sus fronteras.
Si Jeanne Calment desarrolló un calculado complot para falsear su edad, ¿por qué se sometió durante años a las pruebas de los validadores? ¿Por qué no optó por la cremación a su muerte para descartar cualquier posible de ADN?
¿Por qué donó varias muestras de sangre a los investigadores para su análisis en un proyecto sobre longevidad si sabía que su secreto de sesenta años podía revelarse con una sola gota?
Teniendo en cuenta que Jeanne tuvo 16 tatarabuelos y su hija Yvonne solo 12 (sus padres eran primos segundos por partida doble), el caso sería fácil de resolver con un análisis de ADN, pero las autoridades francesas no consideran procedente una exhumación.
Pero el análisis del ADN en las muestras de sangre de Jeanne Calment plantea dificultades éticas.
Las donó bajo condición de anonimato y excluyendo cualquier uso fuera de ese proyecto concreto, aunque es presumible que puedan identificarse por su edad.
Sea cual sea la verdad, lo cierto es que Jeanne logró algo extraordinario: o logró vivir más que ningún otro ser humano o engañó a toda una ciudad durante más 60 años.
Las dos historias son extraordinariamente improbables, pero una de ellas es cierta.
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El poder de los incentivos…
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Error de primero de notario: no comprobar la identidad del declarante.
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Puestos a maquinar , no creo que sea tan difícil cambiar la foto del DNI, cuando vas a renovarlo por extravío.
Yo mismo me parezco mucho a mi padre excepto en la altura
Si no me equivoco antes no había datos biométricos en el DNI.
La suplantación de identidad como la consanguinidad debe ser más habitual de lo que parece.
Imaginemos a los gemelos…
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