James Dyson, el hombre que atraía al polvo

Es el segundo hombre más rico del Reino Unido con un patrimonio neto de 7.900 millones de euros. Se dice que posee 25.000 hectáreas de terreno agrícola, 5.000 más que la mismísima Reina Isabel II. Y, pese a todo, la vida de Sir James Dyson, el inventor de la aspiradora sin bolsa, no ha sido precisamente una trayectoria de vino y rosas. Más bien lo contrario: la suya es una vida llena de trampas, temerarios riesgos y altibajos empresariales.

Todo lo cuenta en Invención: mi vida, un volumen de memorias que incluye fotografías familiares, de sus empresas y de sus hitos deportivos juveniles, así como de sus inventos, claro. «Pensé en titularlo James Dyson, el fracaso. Cambié de idea porque hubiera dado una impresión errónea», comienza el magnate desde la sede central de su empresa en Malmesbury, a 100 kilómetros de Londres, donde se desarrollan sus proyectos relacionados con el motor, la electrónica, el almacenamiento de energía, el software y la robótica. Es su manera de decirnos que, en su caso, el éxito internacional y la originalidad de sus productos son el resultado de imaginación y tenacidad. Virtudes que mostró desde muy pequeño.

Nacido hace 75 años en Cromer (Norfolk), hijo de dos profesores, huérfano de padre desde los ocho años, se ve obligado a trabajar muy pronto. Durante las vacaciones de verano, carga camiones con sacos de patatas. Sobresale en muchos deportes, confiesa, «no porque estuviera especialmente dotado, sino porque tenía mucha determinación».

En la Escuela de Arte Byam Shaw conoce a Deirdre Hindmarsh, su futura mujer y compañera durante toda la vida, aunque durante la fase de cortejo estuviera algo desorientada. «Entre nosotros no había vibraciones románticas pero nos encantaba charlar», cuenta ella en el libro. «Fue un profundo shockcuando James me pidió la mano. ‘No me puedo negar’, pensé, ‘podría ofenderlo’».

Pero el entusiasmo se expande rápido y la boda se celebra en 1968, antes incluso de terminar sus estudios universitarios. Deirdre es tranquila y contagia su serenidad a Dyson. Tampoco le parece un problema la perenne falta de dinero, que no mejora con la llegada de Emily (1971), Jake (1973) y Sam (1980). Para ahorrar dinero, cose ropa para ella y sus hijos y cultiva vegetales en el jardín. Ambos trabajan a tiempo parcial; ella estudia pintura y James asiste al Royal College of Art (RCA), donde comienza a interesarse por el vínculo entre la ingeniería y el diseño. Una visita a la compañía Rotork Controls le permite participar en el diseño de una lancha de desembarco anfibia, la Sea Truck. Y ahí comienza su andadura.

El primer invento de Dyson, en 1974, es la Ballbarrow, una carretilla con una bola delante en lugar de una rueda que la hace más manejable. Cinco años después arranca la leyenda. James se da cuenta de que la aspiradora de casa, a pesar de los cambios de bolsa, hace ruido y tiene poca succión. No gusta. Al observar el gigantesco ciclón de metal que recoge el polvo para separarlo del flujo de aire dentro de su empresa, tiene una idea: ¿por qué no crear uno más pequeño y eliminar la bolsa? La idea de producirlo no seduce a los accionistas, que le obligan a dimitir, haciéndole perder hasta su patente de carretilla.

Aspiradora sin bolsa y sin cables de Dyson.

Aspiradora sin bolsa y sin cables de Dyson.

Esta experiencia lo lleva a dedicarse de lleno al proyecto, que se concreta después de constantes negativas de bancos, fabricantes, minoristas e intentos de robo de la patente. Se encierra en el garaje contiguo a su casa y, durante cinco años, fabrica 5.127 prototipos de su aspiradora. Después cede la licencia a una empresa estadounidense y vende una versión en Japón. Llega el primer dinero para financiar los sueños.

En 1993, se lanza el primer Dyson DC01 en Reino Unido con el eslogan Di adiós a la bolsa. Con el tiempo, se crean modelos inalámbricos cada vez más avanzados, hasta el reciente robot aspirador Dyson 360 Heurist. Otros éxitos vienen del centro de investigación de la planta de Wiltshire: en 2006, Dyson Airblade, un secador de manos rápido; en 2016 Dyson Supersonic, un secador de pelo silencioso y el purificador de aire Airmultiplier.

Hoy, Dyson es una empresa global de investigación y tecnología con 13.000 empleados en todo el mundo, incluido un equipo de 5.000 ingenieros en 84 países.

Pero el compromiso de Dyson se centra en «abordar la grave escasez de graduados en ingeniería que amenaza a la ciencia, la tecnología y la industria del diseño». Ha creado una fundación que financia proyectos de investigación en varias universidades británicas y también el Instituto Dyson de Ingeniería y Tecnología, con dos campus tecnológicos (en Malmesbury y Hullavington) donde los aspirantes a ingenieros aprenden, trabajan y cobran mientras cursan sus grados de cuatro años. De sus hijos, el único que se ha unido a la compañía es Jake, diseñador de iluminación; Emily es estilista y Sam, músico y productor.

Ha hecho la revolución en un garaje, como Steve Jobs, ¿qué diferencias hay entre ustedes?

No lo conocí personalmente, así que no sabría decir. Sólo puedo decir que resulta sencillo volcarse en las cosas que nos gustan. Por contra, todo el mundo odia el aspirador. Y a mí me atraía eso precisamente.

¿Es usted un fanático de la limpieza?

En realidad no, aunque siempre he usado la aspiradora, incluso de niño, ahora menos evidentemente. No conocía la tecnología en ese momento, pero para mí representó un desafío. Hay que tener fe, aunque los errores son una constante en el proceso creativo. No todos los ferraris son buenos.

¿Cree que la elegancia y originalidad de sus diseños se debe a sus estudios de arte?

Cinco años de estudio en el Royal College of Art en los años 60 en Londres me influyeron mucho. He tenido suerte. Era el único instituto de diseño en ese momento, los demás abrieron mucho después.

¿Cómo sabe si conviene continuar un proyecto o tirar la toalla?

A veces un producto puede no ser comercial. A nadie le gusta cometer errores, pero hay que tomar decisiones pragmáticas. Un ejemplo: nuestro coche eléctrico N526, un proyecto que hemos abandonado por ser demasiado caro. Por suerte hemos absorbido los 594 millones de euros que gastamos. Aprendimos mucho sobre baterías, robótica, tratamiento de aire e iluminación.

Queremos que compren los productos por lo que son, no por quién los anuncia

En su vida profesional ha tenido muchas negativas, ¿cuál fue la motivación para continuar?

Tal vez el enfado, porque no creían en mí, no les interesaba mejorar, Mi idea era: demostraré que tengo razón.

La reina Isabel II fue retratada sentada en la sala de estar junto a su purificador de aire. Un episodio de Friends revelaba la obsesión de Mónica con su aspiradora… ¿Alguna vez ha pensado en usar famosos o ‘influencers’?

No, porque queremos que la gente compre nuestros productos por lo que son, no porque alguien los esté promocionando. Pero fue bueno saber que Karl Lagerfeld, tan pronto como oyó hablar del secador de cabello Dyson Supersonic, compró uno para su amada gata Choupette.

¿Consigue delegar?

Fui director general 10 años, ahora hay otro director al cargo y ya no me ocupo de la gestión diaria, sino de los inventos futuros.

¿Cómo consigue que la suya siga siendo una empresa familiar?

Porque nadie quería invertir. Una de las ventajas de ser una empresa familiar es que no estamos sujetos a los caprichos de la Bolsa.

¿Tiene muebles hechos por usted mismo en casa?

Construir cosas era una parte fundamental de nuestra vida familiar, además de ser necesaria porque de lo contrario no habríamos podido pagarlas. Mi mujer, Deirdre, que sigue pintando, hace alfombras, Jake ha diseñado una silla, Sam una mesa de planchar que se pliega con facilidad y Emily un trampolín para la piscina que había hecho yo antes para el jardín. Luego diseñé todas las mesas, incluso una enorme de aluminio, muy pesada, así que tuve que reforzar el suelo.

Es dueño de granjas en muchas partes de Inglaterra. ¿Revolucionará también este sector?

Trato de utilizar la tecnología para hacer una agricultura sin fertilizantes y más ecológica. Pero queremos ir más allá. Creo que es importante que nuestro país sea autosuficiente por cuestiones de abastecimiento y costos de transporte. Crecí en el campo con agricultores y siempre quise serlo, pero no se gana dinero y los supermercados dictan los precios. Estamos tratando de entender cómo cambiar el modelo de negocio. Queremos rentabilizar la agricultura.

Dice estar muy contento con el Brexit…

Pienso que es mejor resolver los problemas entre nosotros. Reino Unido ya ha firmado 63 acuerdos de libre comercio en todo el planeta, colocándose en una posición comercial mucho mejor que la de los estados miembros de la UE. En definitiva, tenemos la oportunidad de crecer.

Está siempre disponible y al borde del agotamiento. ¿Hace alguna actividad deportiva o de relajación?

Si tienes una empresa nunca puedes parar, siempre piensas en ella. Desafortunadamente, tuve que dejar el tenis debido al dolor de espalda, pero corro, camino y hago vela… Tengo un barco con el que puedo viajar por el Mediterráneo. Y luego me relajo en mi casa de la Provenza, donde produzco vino y aceite de oliva desde 2006.

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Enlace a la noticia completa en El Mundo aquí:

https://www.elmundo.es/papel/lideres/2022/05/02/626fad4efdddff46978b458c.html?emk=NELMPRM1&s_kw=10T

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