El hombre que repelaba las tapas de los yogures, uno di noi!

Hay una historia sobre Ingvar Kamprad, cuando comenzó allá por los años cincuenta del siglo XX a vender sus muebles bastante más baratos en el mercado.

En esa época, sufrió el boicot de la propia federación sueca de la madera, de todo el sector.
Le vetaron el acceso a proveerse de madera sueca, para impedir que siguiese con su negocio.

Pero Ingvar Kamprad no se amilanó y fue a Polonia a encontrar proveedores, y los encontró.

Ahora es un héroe nacional, aunque en los años cincuenta fue tratado como un apestado.

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Yo he visto en mis propios ojos como han hecho boicot a algunos comerciantes de royalties de cítricos.

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Obsesionado con la democratización del lujo y la eficiencia, siempre fue coherente con sus valores y volaba en aerolíneas de bajo coste, se desplazaba en transporte público o en su viejo Volvo y reutilizaba las bolsitas de té.