Uno de los grandes libros de inversión de historia es el Almanaque de Charlie Munger. Entre las páginas 188 y 189 habla de la tecnología y aporta grandes reflexiones como la siguiente: “La gran lección en microeconomía es diferenciar cuando la tecnología va a ayudarte o cuando va a matarte”
En concreto Munger habla de cuando estaban en el negocio textil, que era tremendamente commodity y y tenía un producto poco diferenciado . Un día los empleados de Berkshire fueron a la oficina de Warren Buffett y dijeron: “La competencia ha inventado un telar que puede producir el doble que la maquinaría que tenemos en nuestras fabricas”. La respuesta de Warren fue la siguiente: “Espero que esos telares no funcionen, porque si no voy a tener que cerrar”
Buffett por aquel entonces ya pensaba que la fabricación textil era un mal negocio y no estaba dispuesto a emplear ingentes cantidades de capital en el sector. El valor generado por estas mejoras de productividad beneficiaba a los consumidores pero no a los productores, ya que tenían que invertir mucho dinero para mantener sus beneficios.
Una empresa innovadora no tiene que buscar ser innovadora por el simple hecho de serlo. La gran pregunta al invertir en empresas tecnológicas es la siguiente: ¿Gracias a su I+D esta compañía está creando un foso defensivo respecto a sus competidores? Hoy en día vivimos un autentico auge de compañías revolucionarias. Algunas encontraran un océano azul en el que desarrollarse y generar valor a sus accionistas, otras solo lucharan por sobrevivir en un océano rojo infectado de tiburones.