A Dios rogando y con el mazo dando ;Nogara ,un superinvestor divino (y secreto)

Secretismo,codicia, asesinatos,lujuria … la trama ideal para una buena película (o varias).

El no tener que mantener, sacar adelante una familia, te deja mucho tiempo libre para hacer unas cuantas fechorías.

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Tienen junto con el resto de religiones la mayor red hotelera del mundo, ni los de Marriot, me lo dijo un cura :crazy_face: en la que se pueden hospedar a precio cero. Por mantener sus privilegios, han sido capaces de auspiciar y/o provocar guerras, las Carlistas por ejemplo, etc…

Ello no quita que hayan sido perseguidos en otros tiempos.

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Residencias de mayores bien atendidas.

Residencias en casi todos los países del mundo donde los curas se pueden alojar.

Pisos ,que no pagan IBI, plusvalia, AJD.

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Grandes conocedores de la miseria humana,los curas.

Siempre se aprende algo de su astucia. Algunos , lo que se aprende es a tenerlos bien alejados…je,je.

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Si se pide con tiempo, se pueden visitar las catacumbas de la catedral de San Pedro. Yo las visité. El acceso es muy limitado a pocas personas al día. El acceso lo gestiona La Fabrica de Pietro (un órgano independiente dentro del propio Vaticano).

La Iglesia Católica, sin las finanzas del Vaticano, durará cientos de años más.

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Debe ser impresionante.

Pues ojalá dure. Cáritas es la mayor ONG del mundo, e igual que la Fundación Bill y Melinda Gates, no se puede construir el tejado, sin primero armar los cimientos…

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Ves a muchas personas y turistas visitando el Vaticano… te acercas a la entrada y sabes que eres en cierto modo un privilegiado al ver que no puede entrar cualquiera (debido a que pocas personas lo saben y que se debe pedir cita con meses)… Antes de entrar “sientes la magia”.

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“El Banco Vaticano obtuvo una ganancia neta de 29,6 millones de euros en 2022”

¿Hay un nombre más bonito para un Banco?

http://www.ior.va/content/ior/it.html

En el Instituto para las Obras de la Religión, no le abren una cuenta a cualquiera. No hay datos, ni transferencias conocidas…

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Se está poniendo caro lo de ganarse una silla al lado de San Pedro:

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Si quieres abrir la tapa de los seso del Banco Vaticano, antiguamente Banco Ambrosiano, puedes acabar suicidándote por mandato divino.

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Las parábolas de Jesús enseñan verdades eternas, pero también ofrecen sorprendentes lecciones prácticas para los asuntos mundanos. En el Evangelio según San Mateo (capítulo 25, versículos 14-30) encontramos la Parábola de los Talentos, de Jesús. Como todas las parábolas bíblicas, tiene muchas capas de significado. Su esencia se refiere a cómo debemos utilizar el don de la gracia de Dios. En cuanto al mundo material, es una historia sobre el capital, la inversión, el espíritu empresarial y el uso adecuado de los escasos recursos económicos. Es una refutación directa a quienes ven una contradicción entre el éxito empresarial y vivir la vida cristiana.

Un hombre rico que iba a emprender un largo viaje convocó a sus tres criados. Les dijo que cuidarían de su propiedad mientras él estuviera fuera. El señor había evaluado cuidadosamente las capacidades naturales de cada uno de los siervos. Dio cinco talentos a uno, dos a otro y uno al tercero, a cada uno según su capacidad. El señor se fue de viaje.

Los siervos salieron a un mundo abierto a la empresa y la inversión. El siervo que había recibido cinco talentos se dedicó a los negocios y ganó cinco más. El siervo que había recibido dos hizo otros dos. Pero el siervo que recibió uno escondió los bienes del señor en un agujero en la tierra.

El señor volvió para ajustar cuentas. El siervo que había recibido cinco talentos se presentó. “Señor mío”, le dijo, “me confiaste cinco talentos; ¡mira, he hecho cinco más!”.

“¡Bien hecho, siervo bueno y fiel!”, respondió el señor. “Has sido fiel sobre lo poco, yo te pondré sobre lo mucho. Entra en el gozo de tu señor”.

Entonces el siervo que había recibido dos talentos se acercó al señor. “Señor mío”, le dijo, “me confiaste dos talentos; ¡mira, he ganado dos talentos más!”. El señor alabó al siervo de la misma manera.

Entonces el que había recibido un talento se acercó a su señor. “Señor mío”, le dijo, “sabía que eras un hombre duro; siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; y teniendo miedo, fui y escondí tu talento en la tierra. Mira, tienes lo que es tuyo”.

La respuesta del amo fue rápida y dura: “¡Esclavo malvado e indolente! Sabías que siego donde no sembré y recojo donde no esparcí; por eso debías haber invertido mi dinero con los banqueros; así, a mi regreso, habría recibido lo mío con intereses.”

El señor ordenó que le quitaran el talento al siervo perezoso y se lo dieran al que tenía los diez talentos. “Porque a todo el que no posee”, dijo el amo, “aun lo que tiene le será quitado. Echa a ese esclavo inútil a las tinieblas de afuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes”.

No es una historia que escuchemos a menudo desde el púlpito. Nuestra época sigue exaltando una ética socialista en la que obtener beneficios es sospechoso y el espíritu empresarial está mal visto. Sin embargo, la historia transmite un significado ético evidente, e incluso lecciones más profundas para comprender la responsabilidad humana en la vida económica.

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