Credit Suisse, el ocaso de un bastión

El bonista tiene prelación por lo que mira:

Por aquello de las barbas de tu vecino, calma tensa.

¿Qué son los CoCos de los que se está hablando tanto?

El concepto. Bonos contingentemente convertibles (CoCos en el argot financiero) de Capital Adicional de Nivel 1 (AT1). Se trata de bonos emitidos por los bancos a perpetuidad que ofrecen un rendimiento al comprador de los mismos con la contrapartida de que, si la entidad baja de determinado nivel de capital, estos se convierten en acciones (por eso se les suele denominar como emisiones híbridas).

La polémica. Tras la compra de Credit Suisse por parte de UBS, los tenedores de bonos de mayor riesgo de la entidad no verán ni un céntimo tras la venta. Así lo han decidido las autoridades de Suiza pasando por alto el habitual orden de prelación en estos casos: primero pierden su inversión los accionistas y luego los bonistas.

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Me parece falta de seriedad. La seguridad jurídica es eso: Seguridad.

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Sería interesante saber quién tiene esos bonos. Algo me huele a que no se ha dicho toda la verdad.

Si a todas luces parece ilógico, queremos saber más.

Ver “quebrar” el segundo mayor banco suizo (y quien sabe si el siguiente es el ubs) y, que el gobierno suizo se iba a saltar las leyes económicas que tanto prestigio le habían dado; es algo que pocos se imaginaban.

Suiza ya no es segura para ciertas inversiones (no lo digo en broma).

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El presidente de Credit Suisse, Axel Lehmann : “Era fusión o bancarrota”
Administrar el segundo mayor banco de Suiza, con 167 años de Historia, cobrar un sueldazo y decir que sólo quedaban esas dos opciones; es como decir que han llegado a esa situación por ser unos auténticos inútiles. Claro, que con ese apellido se adivinaba el desenlace

Pensaba que estas cosas sólo ocurrían entre los funcionarios de Grecia

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Dice de media, y ya sabe que si yo me como un pollo y usted ayuda de media se ha comido medio pollo.

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Entiendo que se sientan decepcionados, sorprendidos o enfadados", ha dicho el consejero delegado, Ulrich Körner a los inversores.

Faltó decir “y arruinados algunos de por vida”.

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